Con el aire



De tanto ser tono en la queja
y recorrer para los dioses como Layo,
entre muertos reina sin vahído
en suspenso entre el ya y el todavía.

Dolor de ser callada y hechizada
pena de raza en corazón trabaja
ensanchando una porfía y un florete.

El púrpura, musitan, y se cura,
de andar por las pasiones y gemidos
por el mal del esmalte y la manía
al son y entonación de contracanto,
el veneno final calmoso apura
y se enamora del silente espanto.